martes, 29 de diciembre de 2009

Otra de instituciones

Para acceder a determinados puestos de funcionario hay que demostrar unos conocimientos de ortografía más o menos sólidos. Otra cosa es cuando se ostenta (o, en algunos casos, se detenta) un cargo al que se ha accedido mediante esta suerte de nepotismo y/o amiguismo que impera en este país de pandereta.

El Ayuntamiento de Santa Fe (Granada) es un claro ejemplo de esto. Pese a que tanto el cacique, digo, Alcalde que gobierna el municipio granadino, así como sus concejales, han sido elegidos por votación legítima, lo del personal laboral es otro cantar. Un "quítate tú pa ponerme yo" constante en el que, al final, la victoria es siempre para los mismos. El "prístino" procedimiento de selección, si bien no tan llamativo como el de la hermana de la Princesa de Asturias, otrora periodista, en el Ayuntamiento de Barcelona, no deja de estar impregnado de idéntica esencia. La que huele, o más bien apesta.

Paseando por las calles del lugar donde se firmaran las famosas Capitulaciones allá por 1492, mi instinto de arrancarme los ojos surgió en todo su esplendor cuando me encontré ante el siguiente cartel del Servicio Municipal de Deportes.




No voy a entrar en el uso totalmente arbitrario de las mayúsculas; tampoco en el hecho de que se escriba con ellas la primera letra de los meses del año, aunque se recomiende lo contrario. Donde no puedo evitar el despotrique -ni la acidez de estómago, dicho sea de paso- es en el empleo de las tildes, amén de otros aspectos ortográficos no menos graves.

La geografía granadina muestra un buen número de topónimos de distinta procedencia. Pampaneira o Capileira, por ejemplo, evidencian la repoblación llevada a cabo con cristianos procedentes del Reino de León y de Galicia; Huétor procede del árabe Qaryat al-Watá, o "pueblo en la colina". Pulianas, sin embargo, procede del latín "Paulus" o "Paulius". De todas formas, aunque sea innecesario conocer la etimología de cada localidad para saber escribir su nombre actual, quizá pueda dar lugar a determinadas confusiones en un momento dado.

Lo que no es justificable es obviar absolutamente cualquier consulta a las pertinentes páginas web de los distintos Ayuntamientos, en caso de no estar muy seguro de cuál es la ortografía exacta de cada topónimo. Y esto parece que es lo que han hecho en el Servicio Municipal de Deportes de Santa Fe.

Comenzamos por ese "Qúentar" impronunciable, de tilde desplazada por la tremenda ignorancia de quien la escribió. Seguimos con "Soportujar", convertida en aguda por obra y gracia de la ausencia de otra tilde que se quedó perdida en la Alpujarra.

Con todo, lo que me terminó de desatar el instinto asesino fue lo de "Jéres del Marquesado". La frecuente confusión entre s y z que muestran muchos sudamericanos ha contagiado al Ayuntamiento de Santa Fe, supongo que por tanto hermanamiento con ciudades del mal llamado "Nuevo Continente", tanto contacto humano con sus representantes y tanta comilona gratuita al hilo de estos hermanamientos tan poco prácticos, pero tan pomposos.

Para terminar, me es imposible no comentar ese "Ilusión por el deporte" precedido no de uno, sino de DOS signos de exclamación. Ya de por sí esto no estaría bien, uno basta y sobra, pero es que encima parece que el esfuerzo de escoger el signo de apertura en vez del de cierre era demasiado sobrehumano.

Juvenal dijo aquello de "mens sana in corpore sano". En el Ayuntamiento de Santa Fe no han querido descuidar lo segundo. ¿Para cuándo una concejalía que se centre en lo primero? ¿O es que no hay candidatos?

lunes, 28 de diciembre de 2009

Málaga, predicando con el ejemplo

Hay un dicho que, modificado por la publicidad, terminó diciendo que "la calidad bien entendida empieza por uno mismo". El refrán original decía "caridad", pero aquí me rindo al ingenio del creativo (o creativa) correspondiente porque me parece un perfecto punto de partida para la entrada de hoy.

De todos es sabido a estas alturas que hay una feroz competición para hacerse con la Capitalidad Europea de la Cultura en 2016. Entre las candidatas, junto a otras como Córdoba, Ávila, Santander o Alcalá de Henares, se encuentra la ciudad de Málaga, que ha enarbolado la bandera de Picasso (quien renegó de su tierra en vida todo lo renegable aunque ahora, al más puro estilo 1984, pretendan hacernos creer que la historia fue otra) como su principal baza para intentar hacerse con este particular trozo de pastel. Sinceramente, considero que en el ámbito cultural aún le queda mucho por andar y que aprender a esta urbe un poco quieroynopuedo, para la que el turismo ha sido hasta no hace mucho una gallina de los huevos de oro que, de tan sobreexplotada, ha terminado por desfallecer.

La cultura es un compendio de muchas cosas, está claro; historia, literatura, pintura, escultura, monumentos y demás conforman un todo del que, no se nos olvide, también participa la ortografía.

Pues bien, el área de Cultura y Educación de la Diputación de Málaga lanzó recientemente Culturama, un programa gratuito que ofrece atractivos descuentos para espectáculos que se celebren en sus espacios culturales. Homo Libris y una servidora sucumbimos a pocas tentaciones, pero si nos unen las palabras gratis y cultura en una sola frase, nos cegamos. Así que él tomó la iniciativa de inscribirse a este recién nacido club y quedamos a la espera de ver qué podía ofrecernos.

Hoy ha llegado a casa la carta en la que se incluía una curiosa tarjeta, al estilo de las de fidelidad de los comercios, con la que a partir de ahora podremos optar (él como titular y yo como fiel acompañante) a descuentos en obras de teatro y otras actividades organizadas por la Diputación de Málaga. Junto con la tarjeta, se adjunta un folleto en el que se describen algunas de estas actividades, así como establecimientos colaboradores con la entidad. Finalmente, en dicho folleto encontramos información sobre cómo obtener una camiseta del ciclo de música "Alternativos".



Centrarme en ese , cuya tilde mal puesta ya reconoce hasta el zoquete del corrector ortográfico de Word, no me permitiría contener la sarta de improperios que se me ocurren a estas horas. Y es que no es la primera vez que comento que ti no necesita de tilde diacrítica alguna, pues por su naturaleza monosílaba no ha de llevarla.

Ay, Málaga, Málaga. Málaga "la bella", te llaman (lástima tu clara apuesta por el hormigón y por contentar a los de fuera antes que a los de dentro, pues bien es cierto que escondes un puñado de rinconcillos con bastante encanto). Los lavados de cara siempre se quedan en eso, en lavados de cara, y no se puede pretender ganar una capitalidad cultural creando iniciativas a marchas forzadas que, por la propia precipitación que las impulsa, terminan por derrumbarse como un castillo de naipes. Las cosas, para que salgan bien, requieren su tiempo (siempre se ha dicho que Zamora no se hizo en una hora); desgraciadamente, al menos por lo que respecta al dominio de las letras que demuestran sus instituciones, Málaga no parece estar preparada para ganar nada en 2016.

sábado, 19 de diciembre de 2009

El retorno - El Azote azotado

Hay periodos en la vida en que parece que el tiempo se escurre entre los dedos, como un puñado de arena. Que los días pasan teñidos de gris, sin nada que los haga especiales, sin que parezcan cundir. Puede ser una semana, un mes, tres... o cuatro, como ha sido (y, por qué negarlo, aún es) mi caso. A veces las fuerzas fallan, las esperanzas se desvanecen, los sueños se desdibujan, pero es necesario obligarse a retomar aquello que te hace sentir vivo. Así que aquí estoy.

Y qué mejor manera de retomar esto que con una fe de erratas. No dudo en criticar a aquellos que dan por sentados sus conocimientos y no se molestan en reciclarlos; pues yo he incurrido exactamente en lo mismo.

Una profesora del máster que estoy cursando tuvo que señalarme, al hilo de la lectura de un trabajo de investigación mío, la incorrección que ahora supone poner tilde a los demostrativos, incluso aunque estos desempeñen la función de pronombres, salvo en caso de (infrecuente) ambigüedad. La Ortografía de 1999 señalaba la optatividad de la tilde en este caso; actualmente, tanto el Diccionario panhispánico de dudas de 2005 como el Esencial de 2006 proponen lo siguiente (cito del DPD):

Los demostrativos este, ese y aquel, con sus femeninos y plurales, pueden ser pronombres (cuando ejercen funciones propias del sustantivo): Eligió este; Ese ganará; Quiero dos de aquellas; o adjetivos (cuando modifican al sustantivo): Esas actitudes nos preocupan; El jarrón este siempre está estorbando. Sea cual sea la función que desempeñen, los demostrativos siempre son tónicos y pertenecen, por su forma, al grupo de palabras que deben escribirse sin tilde según las reglas de acentuación: todos, salvo aquel, son palabras llanas terminadas en vocal o en -s ( 1.1.2) y aqueles aguda acabada en -l ( 1.1.1). Por lo tanto, solo cuando en una oración exista riesgo de ambigüedad porque el demostrativo pueda interpretarse en una u otra de las funciones antes señaladas, el demostrativo llevará obligatoriamente tilde en su uso pronominal. Así, en una oración como la del ejemplo siguiente, únicamente la presencia o ausencia de la tilde en el demostrativo permite interpretar correctamente el enunciado: ¿Por qué compraron aquéllos libros usados? (aquéllos es el sujeto de la oración); ¿Por qué compraron aquellos libros usados? (el sujeto de esta oración no está expreso, y aquellos acompaña al sustantivo libros). Las formas neutras de los demostrativos, es decir, las palabras esto, eso y aquello, que solo pueden funcionar como pronombres, se escriben siempre sin tilde: Eso no es cierto; No entiendo esto.

Así que, por esta vez, el Azote ha sido azotado. Trabajaremos por que no haya una siguiente.

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Volviendo a lo que de verdad nos concierne, las incorrecciones lingüísticas, he de admitir que tengo pendiente un buen cargamento de imágenes para publicar, muchas de ellas enviadas por seguidores del blog. Sin embargo, cada una de ellas merece ser comentada de forma pormenorizada y detallada, de modo que a partir de los próximos días comenzaré a trabajar en ellas a fondo.

Hoy, de todos modos, tengo bastante fresco el nuevo anuncio televisivo de la línea capilar Thermal Recovery de TRESemmé. En esta ocasión, el error no es ortográfico ni estilístico, sino traductológico (término que a estas alturas no recoge la Real Academia Española, por cierto).

El vocablo inglés thermal tiene dos traducciones: termal (perteneciente o relativo a las termas, según el DRAE) y térmico (perteneciente o relativo al calor o la temperatura). Si, como en este contexto, se está promocionando un producto que precisamente pretende reparar los daños que causa el calor de aparatos como planchas y secadores, ¿a santo de qué viene traducir thermal como termal? Llámese desconocimiento, llámese despiste, pero el anuncio aparece insistentemente en nuestras televisiones, recordando una y otra vez que hubo alguien, desde que se gestó la campaña publicitaria hasta que se dio luz verde a su emisión, que ha demostrado que su inglés no es el que debiera.

O eso, o que nos quieren colar el "termal" y hacernos creer que estos productos contienen ingredientes procedentes de termas, manantiales y demás. El caso es que no deja de ser un error imperdonable.


lunes, 14 de septiembre de 2009

Cuánto "bandalismo", qué mal está el mundo

Las fiestas de Pozuelo de Alarcón y la batalla campal que en ellas se lio entre los jóvenes y la Policía llevan más de una semana dando mucho que hablar. Sin embargo, para ver patinazos entre la "b" y la "v" no hace falta irse a esta localidad madrileña. Hoy, al hilo del tan traído y llevado "vandalismo" del que fueron testigos los habitantes de Pozuelo y los sufridos agentes que hubieron de enfrentarse a una marabunta alcoholizada, enfervorecida y sin valores, hemos decidido cruzar fronteras y demostrar que los desaciertos periodísticos no son un asunto exclusivo de España, sino que en numerosos medios hispanohablantes la cosa está igual o peor.

Comenzamos por La Crónica, diario del estado de Baja California, en México. No voy a comentar la redacción farragosa, las comas mal puestas (como la de las primeras líneas que separa sujeto y verbo) y, en general, la escasa inteligibilidad del texto, pero sí haré referencia al horroroso "*bandalismo" que aparece al final del mismo.


En El Espectador de Uruguay es un poco más fácil entender la noticia, pero me temo que tampoco en su redacción son muy amigos del diccionario.

El diario venezolano El Nacional peca exactamente de lo mismo: de tener los diccionarios llenos de polvo.


Sin embargo, no podemos abandonar un tema tan candente sin pasear un rato por nuestros medios nacionales, donde la flor y nata del periodismo destroza la lengua impune y constantemente cada día sin despeinarse siquiera.

Comenzamos por Telecinco, esa cadena que, en lugar de apostar por la telebasura, directamente se ha convertido en ella. Además, los encargados de manejar las tituladoras parece ser que no necesitan ni el graduado en ESO para trabajar ahí. Transcribiendo unas palabras pronunciadas por Federico Jiménez Losantos en la radio, se les coló un *bandalismo.




En ABC (si Luca de Tena levantara la cabeza...) dan cuenta también de algún problemilla entre la "b" y la "v".


Adn, protagonista indiscutible de nuestro blog, no porque tengamos una especial querencia por él, sino porque no queda más remedio que nombrarlo constantemente dada su inclinación a la deconstrucción sintáctica y el neologismo, reivindica su lugar en esta entrada a golpe de faltas de ortografía.

Terminamos con Hoy Extremadura, medio en el que conjugan el desconocimiento de la ortografía correcta de "vandalismo" con ciertas dificultades a la hora de redactar un titular comprensible por la mayoría de los mortales.


Hay cosas que se arreglarían fácilmente con una simple consulta al DRAE, pero si nos dejamos vencer por la pereza, el afán de producir rápido aunque mal o una confianza infundada en nuestros conocimientos, pasan cosas como éstas.

miércoles, 9 de septiembre de 2009

Hecho o echo, esa es la cuestión

Uno de los errores más dolorosos para la vista es aquel que confunde el participio del verbo "hacer", "hecho", con la primera persona del presente de indicativo del verbo echar, "echo". Aun así, son muchos los casos de error a que da lugar este par de homófonos.

Lo que no es de recibo es que los profesionales de la comunicación no sean capaces de distinguir estos dos términos o, lo que es peor, den lugar a derivaciones como "hechar de menos", creando un verbo -"hechar"- que, al menos en español, no existe. Y lo conjugan y todo.

Comencemos por IKEA. En el marco del programa de fidelización de clientes "IKEA Family", la empresa edita una revista en la que proporciona ideas de decoración y publica reportajes de casas idílicas (todas decoradas con muebles propios, obviamente). En el número del verano de 2009, página 5, encontré lo siguiente:


Aquí el entrevistador anónimo tiró de neologismo innecesario al transcribir su diálogo con la matriarca de la familia alemana cuyo barracón veraniego es retratado en las páginas subsiguientes. Lo de "barracón" no es despectivo: la casa de verano es un barracón de obra reformado.

En el Diario La Rioja atestiguan que Sagrario Loza, consejera de Servicios Sociales de esa comunidad autónoma, hace caso omiso de la tan traída y llevada "paridad".



En el sitio web de la cadena Cope, se vuelve a conjugar el inexistente verbo "hechar".


Finalmente, en la página web "Mercafutbol" (así, sin tilde), especializada en el "deporte rey" (denominación que no comparto) se les vuelve a colar un verbo "hechar", sólo que aquí lo que se "hecha" es humo. Si por haches no será, no...


Claro está, no cabría esperar otra cosa de un redactor que ni a su propio nombre le pone la pertinente tilde en "José". Con respecto al uso de las comillas simples donde deberían ir las dobles ya hablaré un día de estos.

En pocas palabras, del "echo" al "hecho" sólo hay una "h". Cuidado, no vaya a estar de más.

domingo, 6 de septiembre de 2009

Échale una mano a la barra espaciadora

Volvemos a referirnos a Carrefour o, más concretamente, a su campaña "Échale una mano al Medio Ambiente", una acción demagoga como pocas en la que apenas se hace referencia al marco legal que pretende promover la desaparición de las bolsas de plástico (otra vergüenza, pues el Plan Nacional de Residuos Urbanos pretendía retirarlas en 2010 y ahora resulta que 2010 es la fecha en que empezarán a debatir sobre el asunto), sino que aprovecha para darse bombo en aras de la conservación de un medio ambiente que, además, y sin justificación alguna, escriben reiteradamente con mayúscula.

Y es que no es la primera vez que comentamos que la ortografía es parte de la imagen, sea ésta del tipo que sea. Sin embargo, si se trata de una imagen corporativa que pretende afianzarse positivamente entre los clientes (potenciales o no), deberían darle la importancia necesaria a la vía a través de la cual comunican su mensaje.

El redactor (o redactora, no vayan a echárseme encima los defensores y defensoras de la perspectiva de género) parece tener un serio problema con la barra espaciadora de su teclado, pues no son pocas las veces en que aparecen juntas palabras, cifras o letras que no deberían estarlo, o bien pone espacios de más.


Pero no sólo tiene problemas con eso. También tiene a bien separar el sujeto del verbo en el último párrafo ("Carrefour, convoca...) y escribe el vocablo posgrado como una especie de extraño compuesto con guión sacado de su chistera de mago de las palabras (*post-grado).

Concluyendo, me parece abominable que se quiera sacar tajada de algo como la conservación de un medio ambiente que, por el contrario, no dejan de contaminar al emplear bandejitas de poliestireno expandido para comercializar la carne o la fruta o, peor aún, impulsando la venta de marcas que emplean abiertamente transgénicos en la elaboración de sus productos. Lo más suave que se me ocurre para denominar esto es hipocresía.

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INCISO:

Ahora toca suavizar el tono y comunicarles que me dispongo a soplar veintiocho velas. Todas mías. No sé si sobreviviré a tal gesta.

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INCISO (II):

Logré soplarlas de una sola vez. Para años venideros, seguiré el consejo de Estodevivir y me haré con velas de numeritos, que siempre serán más fáciles de apagar.


sábado, 5 de septiembre de 2009

Sin tetas no hay Sierra Elvira

He vuelto a Carrefour y, aunque en el que he estado hoy no he encontrado el "*legía" de la entrada del otro día (y menos mal), entre las fotos que he podido sacar de extranjis, ésta es una de las que más me ha impactado.

Los que viváis en España conoceréis, o al menos os sonará de oídas, la serie de Telecinco "Sin tetas no hay paraíso", adaptación del formato colombiano de mismo nombre que, a su vez, se basaba en el libro homónimo de Gustavo Bolívar. Va de narcos, historias de amor y celos y esas cosas. Yo no he visto ni un solo capítulo, siendo sincera. Pero su título ha sido lo primero que se me ha venido a la cabeza cuando he visto en el híper el siguiente cartel:





¿"Mejor con mama"? ¿Perdón? No sé ustedes, yo tengo dos, no me voy a dejar una en casa para ir a ningún proyecto solidario.

Bromas aparte, además de la tilde ausente en "mamá" y la de "organización", lo que más me ha llamado la atención es la falta de coherencia que refleja la la totalidad del cartel. "Fundación" sí lleva tilde y "colaboración" también, por lo que deduzco que el rótulo será estándar para todos los establecimientos del país y cada uno de ellos imprimirá por su cuenta y riesgo las acciones que se realicen en sus cercanías.

Me produce tristeza y rabia a partes iguales el hecho de que se promocione un proyecto solidario prestando tan poca atención a los detalles. La imagen es crucial, y la ortografía es parte de ella. ¿Por qué no se le dará la importancia que verdaderamente tiene?

Así que, literalmente, ya saben: "sin tetas (o más bien sin teta) no hay Sierra Elvira".

viernes, 4 de septiembre de 2009

Cúmulos de despropósitos (I)

De vez en cuando, una noticia en particular me sirve para ilustrar un error concreto y explicar su causa. En otras ocasiones, el mismo error aparece de forma recurrente en diferentes medios y así trato de reflejarlo, para posteriormente introducir el pertinente comentario.

Sin embargo, hay noticias que en sí mismas son todo un cúmulo de despropósitos, pues en sólo unas pocas líneas aparecen reiterados desatinos y, por esta razón, pretendo inaugurar una serie de entradas bajo el mismo nombre, para aglutinar a las diferentes piezas que compondrán este Museo de los Horrores.

Comenzamos por Adn. Aquí encontramos una noticia cuya entradilla parece fruto de una encarnizada riña entre el redactor y el traductor de Google en la que el primero, por supuesto, acaba perdiendo.


"La revuelta poselectoral", sintagma nominal cuyo núcleo es un nombre en singular, viene seguido de "no se ha probado que dirigidas desde el exterior". ¿Las revueltas, en plural, o qué? "Ayatolá", además, viene sin artículo.

En segundo lugar, esta noticia extraída de Público contiene dejos castizos, como "determinao", neologismos sacados de la manga, como "prolonado", faltas ortográficas como "aún" por "incluso" y hasta construcciones que también parecen salidas del traductor de Google, como se aprecia en las tres líneas subrayadas, por no hablar de la repetición en esas mismas líneas del verbo "muestran". Para qué buscar sinónimos (tarea harto complicada, parece).


La misma noticia en Extremadura al día, sin embargo, aparece convenientemente editada y, en consecuencia, al alcance de la comprensión de quien la lea.

En tercer lugar, 20 Minutos imprime un tratamiento familiar a los protagonistas de sus noticias, como sucede con "el Gerardo Díaz Ferrán", presidente de la CEOE. Se ve que los demás estamos demasiado encorsetados en el trato, ¿no?

En Adn (nuevamente) desconocen que el verbo "denegar" se conjuga como "acertar" ("él acierta") y escriben la tercera persona del singular del presente de indicativo como les parece.


Con todo, la palma se la lleva ABC (vuelvo a retractarme de mis palabras anteriores sobre él, como ya decía ayer). Veamos el concentrado de disparates:


De entrada, separar el sujeto de su verbo mediante una coma por el hecho de que éste sea largo es incorrecto, como indica el Diccionario panhispánico de dudas (2005). A continuación, se han olvidado de las tildes obligatorias en "bebés", "Rocío" (2 veces), "guapísimos" y "Él". Posteriormente, para expresar la hora no han puesto el correspondiente artículo y han separado las horas y los minutos mediante coma, cuando lo preceptivo es hacerlo mediante punto o dos puntos. El decimal de "1,9" lo han separado de la coma sin necesidad, mientras que después de "doctor" no aparece el obligatorio punto y aparte.

En ese mismo párrafo aparece un fallo de concordancia; "ingresado" se refiere a los bebés y, al ser tres, debería estar en plural. Otro error similar aparece en el último párrafo, cuando se dice que su suegra "le" echará una mano. Muy egoísta habría de ser la señora si sólo le ayudase a él, y no a su hija y nietos, por lo que deducimos que la forma adecuada aquí es "les". Por último, detrás de "señaló qué" sería necesaria una coma, al introducir una oración subordinada adverbial concesiva interrumpiendo una subordinada sustantiva de complemento directo.

Sobran las palabras, sobre todo si sólo me vienen a la mente expresiones malsonantes para calificar esta sarta de infamias.

jueves, 3 de septiembre de 2009

Latinismos, o cómo vivir después de muerto (I) - ¿Los santos huelen mal?

Supongo que, a estas alturas, decir que el latín es una lengua muerta es incontestable. Sin embargo, pervive no sólo en las actuales lenguas románicas, sino también en multitud de expresiones, o latinismos, que han pasado a formar parte de nuestro acervo lingüístico de forma literal, o casi.

Desgraciadamente, su empleo suele plantear problemas no sólo a los usuarios de a pie (cuántas veces habré oído aquello de *de motu propio), sino también a los profesionales de la comunicación pues, bien por desactualización de los conocimientos, bien por pura ausencia de éstos, no siempre dan en el clavo cuando han de emplearlas.

Una de ellas es "post mórtem", cuya traducción es "después de muerto". Múltiples son las interpretaciones que se dan a la ortografía de este latinismo por parte de distintos redactores en diferentes diarios nacionales.

En Adn (no podía faltar), junto y sin tilde.


En El País, en cursiva, con guión (claro, es que en latín se estilaba tanto...) y sin tilde. Además, siguiendo la estela de la nueva publicidad de Ikea, "donde caben dos, caben tres".

La agencia Europa Press lo interpreta sin tilde, junto y, además, con comillas simples. Ahí queda eso.


Por último, ABC se postula como el único diario en escribirlo separado. Eso sí, sin tilde, no vaya a ser que se desgaste la tecla de tanto pulsarla.


A todo esto, ¿qué dice la Real Academia?

Efectivamente, la forma correcta de escribir esta expresión es separando las dos palabras que la integran y poniendo tilde al vocablo "mórtem".

Resumiendo, el latín es una lengua muerta que, no obstante, sigue latiendo con fuerza en multitud de palabras y expresiones que empleamos día a día. La lástima es que, de seguir así, vamos a acabar rematándola del todo.

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INCISO:

Al hilo de la imagen extraída de ABC, y ya que entre expresiones anda el juego hoy, me gustaría comentar el uso de la expresión *en loor de santidad contenida en el artículo que hemos empleado para ilustrar una de las formas incorrectas de escribir "post mórtem".

Decía hace unos días que ABC me parece uno de los diarios mejor escritos de España, sin entrar en temas ideológicos en ningún momento (pues, a este respecto, la autora de esta bitácora es absolutamente imparcial a la hora de extraer ejemplos que ilustren las distintas entradas). Permítanme retractarme de mis palabras. Cada vez tengo más constancia de distintas incorrecciones y erratas contenidas en sus páginas y, no sólo eso, sino que si se les envía una rectificación sobre las mismas, dan la callada por respuesta, hacen oídos sordos o, dicho de otro modo, se la pasan por el Arco del Triunfo. No les culpo, pues es tendencia en otros muchos medios digitales, junto con la de borrar los comentarios con correcciones. Supongo que a nadie le hace gracia que le señalen con el dedo, pero siempre se ha dicho que "es de sabios rectificar". Será que el orgullo se antepone a la sed de aprendizaje.

Dejando atrás la digresión y volviendo a la expresión *en loor de santidad, la forma correcta de ésta es "en olor de santidad", como bien indica el Diccionario panhispánico de dudas, cuyas sabias palabras me permiten ahorrarme las mías al respecto.

Especialmente frecuente era la construcción en olor de santidad como complemento, casi siempre, del verbo morir, en cuyo origen, además de la metáfora aludida, cabe suponer que influyó la creencia extendida de que el cuerpo incorruptible de los santos exhala realmente, en el momento de la muerte, un olor especial. Esta construcción sigue vigente en el español actual: «Muchos que en España vivían en olor de santidad, como el mercedario Blas de Ocampo, no más hubieron respirado el aire de Chile se vieron de tal modo transformados e irreconocibles que no cabía duda de que Satán era el que aquí dictaba la ley» (Labarca Butamalón [Chile 1994]); «Varios ecuatorianos de admirables virtudes, muertos en olor de santidad, iluminan con su apostolado social el siglo xix» (Salvador Ecuador [Ec. 1994]).
[...]
El hecho de que el sentido recto, no metafórico, de la palabra olor dé lugar a interpretaciones jocosas de la locución en olor de multitud(es) ha hecho que, en los últimos años, muchas personas sustituyan olor por loor, palabra que, por significar ‘elogio o alabanza’, encaja mejor para el hablante actual con el valor de la locución; pero se trata de una ultracorrección que debe evitarse: Marca de incorrección.«Llegó anoche a la capital en loor de multitudes, en medio del júbilo desaforado de una gente que le aclamaba como el libertador» (País [Esp.] 21.5.97); la construcción en loor de (‘en alabanza de’) es frecuente y correcta, pero va seguida siempre del sustantivo que expresa la persona o cosa a la que va dirigida la alabanza, no del sustantivo que expresa quién la realiza ( loor, 1).
Hay cosas que huelen bastante peor, como la corrupción, el silencio y la pasividad de los gobiernos frente a las realidades que tienen delante cada día, la muerte de una mujer a manos de su pareja o la invasión de la Red por parte de pederastas. Pero a veces queremos ser tan finos que acabamos pateando el diccionario hasta destrozarlo.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

¿Más vale que sobre?

De la mano de Fulgida nos llega hoy este cartel publicitario que, a su vez, me ha recordado la entrada publicada el pasado 29 de agosto en el blog "Acentos perdidos". Ésta se hacía eco de unas declaraciones del director de la carrera de Publicidad de la Universidad Diego Portales de Chile, en las que afirmaba que las tildes pueden llegar a "estorbar" en un anuncio publicitario. Sorprendente a la vez que bochornoso.

Se ve que aquí no se han enterado aún de semejante "tendencia", o aberración, así que, en aras de predicar con la sabia premisa del refranero español de "más vale que sobre, que no que falte", han plantado una tilde al verbo monosílabo "vio".


Con una simple consulta al Diccionario panhispánico de dudas se habría podido evitar el desastre. Más que nada, porque la entrada sobre la tilde no sólo trata este concepto, sino que hace un repaso por las reglas generales de acentuación que, por supuesto, incluyen a los monosílabos. Y entre los ejemplos mencionados, justo al principio, aparece precisamente la forma "vio".

1.2. Monosílabos. Las palabras de una sola sílaba no se acentúan nunca gráficamente, salvo en los casos de tilde diacrítica ( 3.1): mes, bien, fe, fui, pan, vio. Puesto que, dependiendo de distintos factores, una misma secuencia de vocales puede articularse como diptongo ( diptongo) o como hiato ( hiato), para saber si una palabra es o no monosílaba desde el punto de vista ortográfico, hay que tener en cuenta que algunas combinaciones vocálicas se consideran siempre diptongos a efectos de acentuación gráfica, sea cual sea su pronunciación. En concreto, toda combinación de vocal abierta (a, e, o) + vocal cerrada (i, u), o viceversa, siempre que la cerrada no sea tónica, así como la combinación de dos vocales cerradas distintas, han de considerarse diptongos desde el punto de vista ortográfico. Esta convención es una de las novedades introducidas en la Ortografía académica de 1999. Por eso, algunas palabras que antes de esta fecha se consideraban bisílabas pasan ahora a ser consideradas monosílabas a efectos de acentuación gráfica, por contener alguna de las secuencias vocálicas antes señaladas, y, como consecuencia de ello, deben escribirse sin tilde. Estas palabras son formas verbales como crie, crio, criais, crieis (de criar); fie, fio, fiais, fieis (de fiar); flui, fluis (de fluir); frio, friais (de freír); frui, fruis (de fruir); guie, guio, guiais, guieis (de guiar); hui, huis (dehuir); lie, lio, liais, lieis (de liar); pie, pio, piais, pieis (de piar); rio, riais (de reír); los sustantivos guion, ion, muon, pion, prion, ruan y truhan; y, entre los nombres propios, Ruan y Sion. No obstante, es admisible acentuar gráficamente estas palabras, por ser agudas acabadas en -n, -s o vocal, si quien escribe articula nítidamente como hiatos las secuencias vocálicas que contienen y, en consecuencia, las considera bisílabas: fié, huí, riáis, guión, truhán, etc. La pronunciación monosilábica es predominante en amplias zonas de Hispanoamérica, especialmente en México y en el área centroamericana, mientras que en otros países americanos como la Argentina, el Ecuador, Colombia y Venezuela, al igual que en España, es mayoritaria la pronunciación bisilábica.

Otro día hablaremos de puntuación y de la ignominiosa omisión de la interrogación al principio de la pregunta, que también tiene su aquél. Aquí se ve que se les olvidó el refranero.

lunes, 31 de agosto de 2009

Una de carteles...

Acudir a algún comercio con objeto de realizar determinadas compras puede acabar abriéndole las carnes al más prolijo. O projija, como una servidora.

Mi pasión por Escandinavia, especialmente por Suecia, es grande por muchos motivos: el carácter marcadamente honesto, organizado y amable de sus habitantes (frecuentemente tildados de fríos), su amor por el diseño y el enorme talento que demuestran en este campo; una sociedad avanzada e igualitaria, en la que la maternidad se apoya en lugar de entorpecerse o servir como excusa para los despidos; con impuestos altos pero sueldos acordes; sus bellísimos paisajes y la defensa de que ellos hacen... Podría seguir, pero hacer apología de Suecia no es el objetivo de la entrada.

El caso es que yo también soy una amante del diseño y la decoración, por lo que desde que abrieron un IKEA en mi ciudad me he convertido en una asidua de la multinacional del diseño a bajo precio por antonomasia. Sin embargo, que me encante la tienda no va a suponer disculpa alguna para dejar de tirar de las orejas a quien competa, en relación con los responsables de la redacción de los carteles corporativos.

Parece ser que alguien no identificado tiene cierta querencia por poner tilde al pronombre "ti". Es un error muy común, derivado probablemente de la ultracorrección y la analogía con las parejas "mi-mí" y "si-sí", en las que son las formas pronominales las que reciben el acento ortográfico, pero no deja de ser vergonzoso que los carteles permanezcan colgados durante años sin que nadie tenga la decencia de corregir el error.


Disculpad la calidad de las imágenes, pero están sacadas con un móvil.


No termina aquí, sin embargo, la cadena de destrozos lingüísticos del gigante vikingo. También en la "Tienda Sueca", una suerte de muñeca rusa comercial, o establecimiento dentro del establecimiento, se pueden encontrar perlas como la que sigue:


Si acudimos al Diccionario panhispánico de dudas (2005), vemos que la "bolaspa", ese símbolo situado delante de la palabra "gengibre", indica que su ortografía es incorrecta.


Con todo, no sólo son los suecos (o, quizá, sus homólogos españoles) los que se aventuran en esto de la incorrección ortográfica. Los franceses, o más concretamente la cadena de hipermercados Carrefour, me ofrecieron no hace mucho el ejemplo más contundente de auténtica carencia de conocimientos sobre ortografía que he visto en mucho tiempo.

Eso sí, por una vez, que no falte la tilde en su sitio.

viernes, 28 de agosto de 2009

Ahora que vienen los exámenes...

Uno de los patinazos ortográficos que más me ha llamado siempre la atención, no sólo por lo frecuente, sino también por el hecho de que es (o fuese) cometido por auténticas eminencias de la lengua (el que fuera catedrático de Lingüística General en mi facultad, mismamente, del que además guardo gratísimos recuerdos) es el de tildar la palabra "examen", en singular.

La causa es sencilla: al igual que sucede con otros términos, como "imagen", "margen", "volumen", "resumen" o "joven", entre otros, se trata de palabras llanas que, sin embargo, se tildan en plural al convertirse en esdrújulas, léase "imágenes", "márgenes", "volúmenes", "resúmenes" y "jóvenes", respectivamente. Por tanto, y por simple analogía con su propio plural, e incurriendo en la ultracorrección, se añade una tilde a la sílaba que iría acentuada en plural, sin necesitarla.

Aun así, como suele ser habitual, ni la prensa ni el mundo de la publicidad se libran de caer en ello, como demuestran las frecuentes apariciones del error en distintos medios.

Comenzamos por el diario ABC, toda una sorpresa teniendo en cuenta que se trata de uno de los periódicos mejor escritos, por no decir el mejor, de la prensa española. Aquí, no obstante, se les coló un *exámen.

Por otro lado, no es la primera vez que la publicidad de la cadena de electrodomésticos y productos de tecnología "Media Markt" se halla inundada de flagrantes destrozos contra el idioma y, como muestra, un botón. O una *imágen.


Tampoco los sitios web de algunos medios audiovisuales, como la Cadena Ser, se han librado de meter la pata en lo mismo.


No podía faltar mi querido diario Adn, cuyo *volúmen de noticias no es excusa para no revisar los textos antes de su publicación.


Sea uno *jóven o viejo, el conocimiento de la ortografía debería estar ligado al de la propia lengua, cosa que no parecen dominar ni en el diario El Mundo ni tampoco en Las Provincias de Valencia, como demuestran las imágenes a continuación.




Por último, y aunque como seres humanos podamos permitirnos normalmente cierto *márgen de error, los profesionales de la lengua no deberían relajar tanto sus costumbres, como algún redactor de El Diario Montañés.


A modo de *resúmen, cabría señalar que, por mucho miedo que den los exámenes, no hay ninguna razón para poner tilde al término en singular.

jueves, 27 de agosto de 2009

Somos tan "fisnos" que labramos con "asperos"

Ante todo, que conste en acta que la noticia fue editada con posterioridad y que ahora aparece correctamente escrita en la versión electrónica del diario El País. Pero no puedo evitar subir la imagen que capturé ayer de dicho periódico hablando de un presunto parricida en Albolote, Granada. Y es que a veces queremos ser tan fisnos que comemos bacalado de Bilbado o espectos de sardinas, como mi madre oyese una vez en un chiringuito playero malagueño por parte de un grupo de madrileñas (inconfundible acento, por más que los gatos autóctonos defiendan no tenerlo).

Según el redactor, el crimen había sido cometido con un "aspero" de labranza. Juzguen ustedes mismos.

miércoles, 26 de agosto de 2009

A vueltas con los talibán-es

Por más que busco una forma más diplomática de hacer referencia al diario Adn, no se me ocurre otra distinta de "atentado lingüístico". Día tras día, acudo a sus páginas (bien en línea, bien impresas, pues hay un punto de reparto bastante cerca de casa) y rara es la ocasión en que las abandono sin haber encontrado, al menos, un gazapo de los garrafales.

Así me ocurrió ayer, cuando me hallaba contrastando la información de distintos periódicos. Encontré un titular en el que aparecía la palabra "talibán". Término correcto en castellano, diréis. Por supuesto que lo es. Siempre que se utilice en singular.


Desgraciadamente, el redactor encargado de dar forma a esta información no parece ser consciente del hecho de que "talibán", pese a ser un término procedente del plural de طالب (que se pronuncia aproximadamente como "talib" y significa "alumno" en árabe), se ha castellanizado como palabra singular. Su plural correcto es "talibanes", como se indica en el Diccionario panhispánico de dudas (2005):


No es, sin embargo, la primera vez que encuentro este error en un periódico. También El País incurrió en ello recientemente.



Por otra parte, los medios audiovisuales tampoco se libran, pues Informativos Telecinco cayó ayer en la misma incorrección, en su edición vespertina.

Concluyo hoy con la misma recomendación de siempre: consultar el DPD, el DRAE o la página de la Fundéu es fácil, rápido... y gratis.

ADENDA: la noticia no sólo sigue sin ser corregida; además del error comentado, también podemos encontrar en el titular y en el cuerpo de la noticia el término "paquitaníes". La "s" faltante se perdió por el camino. Con las prisas, claro.

martes, 25 de agosto de 2009

"Dexintoxicación", o cómo las prisas no son excusa

Tras un parón demasiado prolongado, a mi entender, volvemos a la carga con la misma indignación de siempre y la impotencia que produce ver cómo el panorama periodístico en español no sólo no mejora un ápice, sino que cada día va a peor y apenas nadie hace nada por remediarlo.

Así, en mi recorrido matutino por distintos periódicos en línea, me ha llamado poderosamente la atención el titular de la noticia sobre la suerte de "limpieza interior" a que quiere someterse la esposa de Antonio Banderas, Melanie Griffith.



Al principio, pensé que pudiera tratarse de un error tipográfico producto de la prisa, pero cuál no fue mi posterior sorpresa al comprobar que en el cuerpo de la noticia habían repetido exactamente el mismo error, en varias ocasiones.

La R.A.E. es clara al respecto:


Y es que el prefijo "des-" ha de escribirse con "s", nunca con "x".




Un apunte final: el redactor también parece desconocer que para los títulos de las publicaciones (en este caso, People) se utiliza la cursiva, como bien indica José Martínez de Sousa en su obra del año 2008, Ortografía y Ortotipografía del Español Actual (aunque en el cuerpo de la noticia sí aparece correctamente, no sucede así en el subtítulo).

En suma, el verano y la "desintoxicación" laboral de algunos (lo que comúnmente se conoce como "vacaciones") no parecen haber hecho mella en la atención que debería prestarse a la ortografía, sobre todo cuando se trata de profesionales de la lengua como (se supone) son los periodistas.