lunes, 5 de septiembre de 2011

Esperanza Aguirre, la carta de marras, su corrección y la corrección de la corrección

Llevo unos días viendo por todas partes la carta que Esperanza Aguirre ha enviado a los profesores madrileños para notificarles que tendrán que trabajar más horas este año. Alguno de estos profesores (no sin sorna, desde luego) ha tenido a bien corregir la ortografía y puntuación de la misiva: una iniciativa que personalmente aplaudo a más no poder.

Sin embargo, en la corrección hay cosillas que se han escapado y me veo en la obligación moral, como filóloga, profesora de idiomas y amante de la lengua, de apuntar aquellos aspectos que quedaron por el camino o sobre los que alguien se excedió (pecadillo de ultracorrección, me temo).


Copio directamente las explicaciones que he dado en Facebook al respecto:

1. En los encabezamientos de carta, no se pone coma, sino punto o dos puntos. La coma es un anglicismo que debe evitarse.

2. La tilde de ese «cómo» no es errónea. Puede entenderse como relativo sin antecedente expreso, por lo que sería correcto tanto con ella como sin ella.

‎3. «Profesores de Educación» aparece tres veces con mayúsculas innecesarias. Si se ha corregido en dos ocasiones, no veo por qué obviar la tercera.

4. El sentido de la última frase requiere un signo de puntuación de cierre más que una coma. No la consideraría una falta como tal, pero la utilización del punto habría sido mucho más acertada aquí.

En definitiva, la redacción de la sobrina de Jaime Gil de Biedma deja muchísimo que desear; no obstante, puestos a corregirla, hagámoslo con toda la artillería pesada.

Me pregunto una última cosa: ¿la autoría de la carta será verdaderamente de Esperanza o tendrá su particular «negro literario»?