miércoles, 1 de diciembre de 2010

Flagrancias (3) - Especial banners

Hacía tiempo que le tenía ganas a esta entrada, y qué mejor manera de comenzar el mes del consumismo por antonomasia que hablando de algo tan relacionado con este fenómeno.

Considero, para empezar, que la publicidad es todo un arte capaz de aunar aspectos tan dispares como la comunicación, el diseño y la psicología, por solo mencionar unos cuantos. En ella hay profesionales como la copa de un pino que no solamente dominan las técnicas de persuasión que caracterizan a este mundillo, sino que además controlan la redacción y la ortografía de una forma que haría enrojecer a más de un filólogo. 

Desgraciadamente, no todos son así. Es más, me consta que se trata de un sector tan sumamente competitivo que, en ocasiones, los trabajos se "corrigen" una y otra vez, para evidenciar que lo que uno hace es mejor que lo que hace el compañero y, al final, lo que comenzó siendo pura inquina, mezclada con el atrevimiento de la ignorancia, termina derivando en muestras de algo rayano en la oligofrenia. Si a ello unimos las prisas y la falta de revisión, no es raro encontrar resultados desastrosos y plagados de errores (aún recuerdo el anuncio de DanUp que rezaba "mucho hambre, tiene mucho hambre", posteriormente vuelto a grabar con la cancioncilla corregida) que, más que persuadir, acaban provocando vergüenza ajena.

Últimamente he tenido ocasión de encontrarme alguna que otra de estas muestras; sin embargo, al abrir mi correo esta mañana y acceder al boletín de noticias de Accessorize, una marca inglesa de complementos, me he dicho que de hoy no pasaba.

La primera muestra de este particular Museo de los Horrores Publicitarios es un banner que encontré en una página de viajes y vuelos baratos. En él se preguntaban "¿A qué sabe Gijón?"; lo único que ocurre es que se ventilaron la interrogación de apertura y la tilde del pronombre interrogativo qué.




Otro problema con las tildes lo encontré en el diario Sur de Málaga; a Benalmádena parece habérsele caído la suya.


Más bochornoso todavía es lo que sucedió con la marca "Castilla y León", en la que la tilde brillaba por su ausencia de manera deliberada. Al parecer, hay diseñadores que consideran que la tilde es simplemente "ruido" y, por eso, se la ahorran vilmente, contraviniendo cualquier regla ortográfica. Juan Miguel, lector de este blog, me pasó un fantástico enlace comentando tal despropósito. No obstante, finalmente rectificaron e incluyeron la tilde en la tipografía, pero ya habían dejado claro que la ortografía correcta no entraba dentro de sus prioridades.


Esta reconozco que me ha escocido bastante, pues Córdoba es una ciudad a la que debo muchísimo, que siempre he defendido con uñas y dientes en el aspecto cultural (más de un rifirrafe he tenido con algún malagueño en relación con la candidatura de ambas ciudades a la capitalidad cultural en 2016; Málaga finalmente ha quedado fuera y Córdoba permanece aún). El anuncio que insta a disfrutar de las visitas nocturnas a la Mezquita (me niego a llamarla catedral) es una muestra evidente de que quien lo elaboró no sabe que el término alma es femenino; que solamente se utiliza el artículo masculino cuando precede inmediatamente a la palabra femenina que comienza por /a/ tónica y que el adjetivo también debería haber ido en femenino.


Volvemos a Málaga y a su Instituto Municipal de la Vivienda; un banner insertado en el periódico Málaga Hoy evidencia que a la institución pública no le interesan demasiado las tildes.



Tampoco el ámbito académico se libra de las meteduras de pata. En diferentes anuncios he podido encontrar el plural de la palabra máster formado como al redactor le ha venido en gana. El Diccionario panhispánico de dudas es firme: el plural de máster es másteres. Y no hay más que hablar.




En este caso, además, han decidido mantener la t en "Postgrados" cuando se prefiere desde hace tiempo el prefijo pos-, sin ella.


En el presente ejemplo, el "ente" público ha pecado de neologista, pues alguien se ha inventado el término metereológico que, supongo, sustituye al correcto meteorológico. Imagino que esta palabra se encuentra en el mismo diccionario que dentrífico y cocreta. 



Los encargados del márquetin de Accessorize también tienen ciertos problemillas con el acento gráfico, pues no parecen saber que solo solamente lleva tilde si es adverbio y exclusivamente en caso de ambigüedad (tilde que en la nueva Ortografía desaparece, por cierto); en consecuencia, el adjetivo jamás debería haberla recibido, y mucho menos en femenino, donde no ha de distinguirse de ningún homónimo.



He querido dejar esta para el final porque me ha parecido la más abyecta con diferencia. El ejemplo anterior contiene exactamente el mismo error que este, solo que en él habían rizado el rizo colocándoselo al femenino. Sin embargo, esta imagen está tomada de un banner del banco BBVA. Precisamente el banco que auspicia la Fundéu (Fundación del Español Urgente). ¿Será que en casa del herrero, cuchara de palo?

sábado, 27 de noviembre de 2010

Loquemeahorro o la fuerza del sino

No es que se me haya roto la barra espaciadora a la hora de escribir el título de esta entrada, sino que (y aprovecho para usar la conjunción de la que pretendo hablar) va dedicada a Loquemeahorro, esa bloguera y amiga madrileña cuyo sentido del humor a la hora de plasmar sus experiencias y pensamientos me ha hecho derramar muchas lágrimas de risa.

Hace unos días, un comentario suyo me recordó precisamente que había postergado hablar de este asunto mucho tiempo ya, así que no lo voy a retrasar más (y de paso resuelvo la duda que planteaba en él).

Quizá no se da tanto en los medios de comunicación —aunque con las erratas pasa como con las meigas: que haberlas, haylas—, pero la confusión entre sino y si no es corriente entre quienes se atreven a acometer la magna tarea de escribir en español. 

Efectivamente, distinguir entre los miembros de esta pareja no es moco de pavo; por eso, vamos a tratar de clarificar qué es cada cosa y dar alguna pauta para saber quién es quién en cada momento.

Comenzaremos por sino. Entre sus valores, el más sencillo de identificar es el de sustantivo: sino significa lo mismo que destino o hado. El uso que aparece en el titular de esta entrada, en el que se hace referencia a la pieza teatral Don Álvaro o la fuerza del sino de mi cuasi-paisano Ángel de Saavedra, Duque de Rivas, es precisamente ese. 

Más complicado de diferenciar es su empleo como conjunción coordinante adversativa; no obstante, es frecuente que la frase que introduce sino suponga presentar afirmativamente algo que se alza como alternativa a otra cosa que se ha negado con anterioridad (hablaríamos de oraciones del tipo "No es esto, sino lo otro"). También puede darse en aquellas ocasiones en las que los significados de los dos enunciados se suman (sería el caso de oraciones al estilo de "No solo es esto, sino [que] lo otro también"). En estos contextos, es habitual escribir una coma delante de esta conjunción.

Otro de los usos de sino es el que quiere decir más que, otra cosa que. Aparece en  enunciados como "No puedo hacer otra cosa sino esperar" y se suele hacer evidente cuando reformulamos la oración como "Lo único que... es..." ("Lo único que puedo hacer es esperar").

Vamos ahora con si no, separado. Se trata de dos palabras que pueden tener varios valores; empezaremos por tratar el que combina la conjunción condicional si con el adverbio de negación no

Este uso es uno de los más sencillos de reconocer, dado que si puede sustituirse normalmente por en caso de que, aunque puede ser necesario cambiar el modo de la forma verbal. Pongamos un par de ejemplos:

Si no vienes, regalaré tu entrada a mi hermano.
En caso de que no vengas, regalaré tu entrada a mi hermano.
Otras veces se trata de la conjunción concesiva si seguida del adverbio de negación no. Aquí se puede cambiar si por aunque y el significado de la oración no varía.

Si no todo, al menos llévate un trozo de bizcocho.
Tu intervención me ha parecido si no brillante, sí bastante oportuna. 

Finalmente, esta pareja puede formarse al combinar la conjunción completiva si con el adverbio de negación no, que aparece cuando se introducen oraciones interrogativas indirectas. Se diferencia de otros pares en que aquí se pueden introducir palabras entre ambos términos. Citemos un ejemplo:

Me gustaría saber si no va a venir al viaje.
Me gustaría saber si él no va a venir al viaje.

 Concluida la reflexión teórica, vamos con la parte práctica.



El primer ejemplo lo encontramos en el diario mexicano Tiempo. Hablando del jugador Javier Hernández, al redactor se le coló un espacio donde no debía, pues aquí se trata de una conjunción adversativa. De todas formas, se ve que también se dejó por el camino alguna que otra tilde.



En esta otra imagen, extraída del blog sobre Eurovisión de RTVE (que quede claro que no la he buscado adrede dentro del "dominio público"), se observa el mismo error que arriba. Parece que la barra espaciadora ha vuelto a hacer de las suyas (ya me guardaría yo de cuestionar la pericia de un redactor de RTVE): no solamente se les ha colado un espacio entre si y no, sino que se les escapó otro detrás de 2011. 


El último caso al que nos referiremos está sacado de un encuentro digital que mantuvo el actor José Luis García Pérez con algunos internautas. Es conocido por interpretar a Andrés en la serie de TVE "Amar en tiempos revueltos", aunque su papel de Alfonso de Borbón en la miniserie "Alfonso, el príncipe maldito", emitida por Telecinco, también tuvo cierta repercusión mediática.

Aquí, el artista ha escrito "Sino" cuando debería haber separado el término en dos palabras; la distinción habría sido sencilla de haber sustituido esta palabra por la expresión De lo contrario. Con todo, no es la única confusión apreciable en el fragmento, pues también se detectan algunos fallos de concordancia: en la oración "Todos los 'malos' tiene algo más", el verbo tendría que ir en plural. Además, hay alguna que otra coma que brilla por su ausencia. Me abstendré, por otra parte, de comentar acerca de lo escrito por quien le realiza la pregunta, pues daría para varias entradas.

Para terminar, he de admitir que encontrar ejemplos de equívocos relacionados con la pareja si no/sino no ha sido tan fácil como esperaba, lo cual es buena señal de que —al menos en los medios de comunicación— la diferencia está relativamente bien asimilada. Aun así, no está de más recordar los criterios para su discriminación, teniendo en cuenta que en el uso cotidiano sí que es muy fácil caer en este error.


martes, 23 de noviembre de 2010

Flagrancias (2) - Aparte a parte

Uno de los errores ortográficos que más he visto últimamente (y más me escaman, de hecho) es el que lleva a mucha gente a escribir a parte cuando quiere decir aparte. Dándole vueltas estoy al origen de este equívoco común, que también se observa en otros pares como acaso/a caso o aposta/a posta, además de otras parejas que no llevan a, como son sobretodo/sobre todo, sino/si no o entorno/en torno, por sólo mencionar unas cuantas.

El caso en el que he decidido centrarme en esta entrada, el de aparte/a parte, me llama especialmente la atención porque constantemente encuentro a parte por aparte en blogs, foros, redes sociales y comentarios de noticias en medios digitales. Es decir, se trata de un error recurrente y de una frecuencia inusitada, incluso entre personas a las que cabría suponer un nivel cultural y un dominio de la ortografía relativamente elevados. Como no podría ser de otra forma, mucho suponer es eso.

Me gustaría comenzar explicando la diferencia entre aparte y a parte.

El primero de ellos puede ser adjetivo, sustantivo o adverbio; además, forma parte de la locución prepositiva aparte de. Cito la definición del DRAE.


aparte.
(De a-1 y el lat. pars, partis, parte).
1. adj. Diferente, distinto, singular. Góngora es un autor aparte en la poesía española.
2. m. Palabras que en la representación escénica dice cualquiera de los personajes de la obra representada, como hablando para sí o con aquel o aquellos a quienes se dirige y suponiendo que no lo oyen los demás. U. t. en sent. fig.
3. m. Texto que en la obra dramática debe recitarse de este modo. Esa comedia tiene muchos apartes.
4. m. Trozo de escrito que empieza en mayúscula y termina en punto y aparte.
5. m. Ejemplar de una tirada aparte.
6. m. Ar. Espacio o hueco que, tanto en lo impreso como en lo escrito, se deja entre dos palabras.
7. m. Arg., Col. y Ur. En un rodeo, separación que se hace de cierto número de cabezas de ganado.
8. adv. l. En otro lugar. Poner un libro aparte.
9. adv. l. A distancia, desde lejos.
10. adv. m. Separadamente, con distinción.
11. prep. Con omisión de, con preterición de. Aparte impuestos. Impuestos aparte.
~ de.
1. loc. prepos. aparte. Aparte de impuestos.
 V.

Es decir: como sustantivo, el significado está claro. O bien puede referirse al aparte teatral, ese fragmento de la obra en que un personaje realiza una reflexión en voz alta, o bien al párrafo que comienza en mayúscula y termina en punto y aparte. Como adverbio y adjetivo es sencillo de identificar, pues siempre va a contener el matiz de "de forma separada" y va a estar relacionado con "apartar" (que casi nadie se atreve a escribir separado, curiosamente).

A parte, sin embargo, consta de una preposición y un sustantivo y se puede reconocer fácilmente añadiendo "una" entre ambos términos (a una parte).

Los medios de comunicación son el lugar donde más veces he tenido ocasión de encontrar este error. Sin embargo, la web de RTVE (mi recién estrenado filón) es el sitio donde más veces he llegado a registrarlo.

En la Mediateca:

Photobucket

En la descripción de un capítulo de "Cuéntame":

Photobucket

En el blog de Mamen Asencio, periodista de "España Directo":

 

En el blog de Tom Kallene, el sueco que da la réplica a Toni Garrido en "Asuntos Propios" de Radio Nacional:



Ser sueco no debería ser excusa para escribir tan mediocremente, y menos cuando se está hablando de una figura de la talla de William Blake.

En la web de Radio 5 (no podía faltar):


En el blog de "Abierto hasta las dos", de Radio Nacional (donde también se han ventilado la tilde de las mayúsculas):


Con todo, el que se lleva la palma dentro del "ente" público es Antonio Serrano, a quien denominaremos "periodista deportivo" sin ánimo de ofender al resto de integrantes de la profesión. No una ni dos, sino hasta tres veces (sin hacer una búsqueda exhaustiva, dicho sea de paso) he podido encontrar el mismo error bajo su firma, bien escoltado por otros patinazos dignos del medio donde trabaja.

Hablando de Nadal y Monfils, parece confundir aparte con a parte y con a partir, todo a la vez. También me encantaría preguntarle qué es eso de "a la Manolo Santana".


Esto se le coló durante el Mundial (igual que las letras danzarinas que conforman la palabra Europa):


Y, para mi gusto, la mejor de todas:


Aparte del a parte presente en el segundo párrafo que aparece en la captura, hacía tiempo que no encontraba tantas patadas al diccionario en tan poco espacio. Comienza por cambiar m por n en Incomprensiblemente; le bailan los dedos entre la tilde y la eñe en otorgará, y tampoco le ha dado por mirar en Google cómo se escribe el apellido del bávaro Schweinsteiger algo que me escuece profundamente no ya como conocedora del idioma alemán, sino como seguidora de este jugador del Bayern de Múnich que, a buen seguro, continuará dando mucho que hablar. Pero la palma se la lleva ese hay por ahí, que me ha traído a la memoria una página de Facebook dedicada precisamente a esta diferencia.

De todos modos, no vaya a pensarse nadie que tengo yo algo en contra de RTVE, pues nada más lejos de la realidad, dado que esta metedura de pata ortográfica también está presente en muchos otros medios:

En Público:


En Diario Córdoba:


En mi adorado Adn, dos veces y con otro fragmento que me resulta ininteligible:



En ABC:


En El Mundo:

 

Y en Ideal de Granada, donde da lo mismo que el artículo vaya refrendado por dos firmas distintas. La metedura de pata es doble, si cabe. O triple.



Además del aparte separado que aparece tres veces, las autoras se inventan el término raper (que, con el significado que pretenden plasmar, en inglés sería rapper, ya que raper es algo bastante más grave) cuando en el avance de la vigésimo tercera edición del DRAE se recoge rapero. Todo ello sin mencionar el uso arbitrario de los signos de puntuación, particularmente en lo que se refiere a guiones y rayas.

¿Cuál es la conclusión de este reportaje fotográfico, digno por el número de instantáneas, básicamente de una exclusiva de Hola? No me atrevo a ser tajante en este sentido porque aún estoy investigando cuál puede ser el origen (u orígenes) de esta confusión tan habitual. De todas formas, lo que sí puedo afirmar a estas alturas es lo mucho que me indigna la poca preparación que muestran los mal llamados profesionales de la comunicación hoy día.

Sobra decir que no deseo nada malo a nadie y que probablemente el "quítate tú pa ponerme yo", o lo que es lo mismo, sustituir a los que están ahora por otros igual de poco duchos en la materia, no serviría de nada. Lo que verdaderamente me cabrea de todo esto es la justificación: me da igual que el que escribe sea becario, lo mismo que me trae al fresco que los medios digitales se asocien con una inmediatez que, por falta de tiempo, elimina la revisión previa a la publicación (algo verdaderamente inexcusable). A más de uno le vendría genial un curso de reciclaje o, simplemente, empaparse de la nueva edición de la Ortografía de la Real Academia Española que está a puntito de salir y poner en práctica sus contenidos. Lo que está claro es que errores como estos son imperdonables se mire por donde se mire.



jueves, 11 de noviembre de 2010

El "ente" público

Desde el año 2006, son constantes las noticias acerca de los numerosos despidos que han tenido lugar o se han planteado en Radio Television Española. Mientras que las cadenas privadas no dejan de fomentar el morbo y de  generar telebasura a golpe de talonario, en los medios públicos los recortes no sólo se han llevado a cabo en lo que a la emisión de publicidad respecta, sino que su plantilla ha sufrido una considerable merma.

Muchos y valiosos profesionales se han quedado en la calle, me consta que incluso a las puertas de la jubilación (por lo que sus pensiones se verán recortadas considerablemente tras cobrar los dos años de paro de rigor). Por eso, tras semejante tijeretazo, no puedo sino echarme las manos a la cabeza cuando accedo a la web de Radio 5 y me encuentro lo que me encuentro.

No sé si será periodista, filólogo o programador web el encargado (o encargada, aunque los habituales del blog saben que la perspectiva de género me parece una chorrada) de redactar los resúmenes de las noticias que se pueden leer en la web de esta radio pública, pero me parece sencillamente vergonzoso y aberrante que no conozca las más mínimas reglas ortográficas cuando se está al cargo de una página de esa importancia.

En este primer caso, ya en el titular se detecta la ausencia de una coma que separe el nombre propio de Álvaro González (portavoz de seguridad del Sepla) del de su cargo. Mucho peor, sin embargo, es lo que aparece a continuación.



Destacamos en primer lugar que el redactor ha acentuado el demostrativo este en dos ocasiones: delante del sustantivo experto y de informe; se trata de un error sin ninguna clase de justificación, pues lo habitual (aunque desde 2005 ya no sea correcto) es acentuar los demostrativos cuando desempeñan la función de pronombres, pero jamás cuando son determinantes.

En segundo lugar, la tilde del término avión brilla por su ausencia, pese a tratarse de una palabra aguda terminada en -n.

Por si fuera poco, se ha añadido un punto para señalar las unidades de millar en la cifra que representa al año 2008; curiosamente, en este caso jamás se pone punto.

Para echarse las manos a la cabeza del todo, no obstante, tenemos la captura general de la web de Radio 5 de hoy, día 10 de noviembre de 2010. Comenzamos por los textos destacado de la parte superior.


Parece desconocer el redactor que se prefiere la escritura con minúscula inicial de los meses del año (la mayúscula se repite tanto en Agosto como en Septiembre), y que en la expresión numérica de los años no se utiliza punto tras las unidades de millar, como mencioné anteriormente.

La acentuación de la forma verbal fue es otro anacronismo fuera de lugar, pues los monosílabos no llevan tilde, a excepción de los que requieren de una diacrítica. Búhos, sin embargo, sí lleva tilde en la u para marcar el hiato que conforman la u y la o; una tilde que, en el caso que no ocupa, brilla por su ausencia . En relación con el artículo la que acompaña al nombre propio India, debería haberse escrito con minúscula.

Finalmente, vuelve a las andadas en lo que respecta a la acentuación de los demostrativos al coronar esta con una majestuosa tilde en la e pese a situarse delante del sustantivo deportista

Con todo, y mal que me pese, tal concurrencia de errores flagrantes no es cosa de un día. La web de Radio Televisión Española se ha convertido en un nuevo filón para la autora de este blog que, visto lo visto, no sabe si sentir vergüenza ajena, resignarse a que la corrección ortográfica se está convirtiendo en una utopía en los medios de comunicación o, por el contrario, señalar las incorrecciones con todos los medios que estén en su mano como hasta ahora. 

Huelga decir que me decanto por la última opción. 


miércoles, 24 de marzo de 2010

Flagrancias (1) - Hola

Últimamente me "comen" las obligaciones (o los "quereseres", ese término que han popularizado dos estudiantes de español en YouTube), pero eso no quiere decir que me olvide del blog ni que no esté buscando el modo de poder actualizar con regularidad.


Por este motivo, tengo preparada una serie de flagrancias que he ido recopilando en los últimos tiempos, pues que no tenga tiempo de publicar no se traduce en que se me escapen los atentados ortográficos.

Me gustaría comenzar por la archiconocida revista Hola, cuyo rancio abolengo, exceso de Photoshop y excelso peloteo por el personaje público no pasan desapercibidos. No obstante, distinto es el caso de su obsolescencia ortográfica o, dicho de otro modo, el hecho de que un cierto regusto a naftalina no deje de impregnar sus páginas.


Más de una vez he debatido con algún publicista sobre las tipografías y lo complicado que resulta en algunas de ellas usar la tilde al venir importadas del mundo anglosajón. No obstante, el hecho de que en las mayúsculas no se emplee tilde no tiene justificación ortográfica alguna, pese a la popular creencia errónea de lo contrario.

La revista
Hola, con su periodismo empalagoso y cuidadas fotografías, ejemplifica esta leyenda urbana tanto en su portada como en sus páginas interiores.



Hola,tildes


Como decía anteriormente, son muchos los que creen que las mayúsculas no necesitan ser acentuadas. ¿Y por qué, dirán ustedes? ¿De dónde viene esa convicción?

Parece ser que se remonta a aquellos tiempos en los que empleábamos máquinas de escribir, en los que se hacía imposible usar la tilde sobre las mayúsculas sin que sobre el papel se reflejase un extraño refrito. Sin embargo, la Real Academia Española JAMÁS dijo que no tuvieran que llevarla. Cito literalmente del texto de 1974, no normativo, por cierto, que ampliaba las reglas presentes en la
Ortografía de 1959.


El empleo de mayúscula no exime de poner tilde sobre la vocal que deba llevarla según las normas del Cap. III.


También en él se afirma que:



Como se indicó en el párrafo 6, apartado 15, el uso de mayúscula no quieta la obligatoriedad de la tilde exigida por las normas del presente capítulo. Son, por lo tanto, preceptivos ÁFRICA o África, ÓRGIVA u Órgiva, PRÁDANOS, MONTÁNCHEZ, PALAMÓS, etc, que sin tilde podrían leerse con acentuación equivocada.

Finalmente, en el texto de 1999 se menciona lo siguiente:


Las mayúsculas llevan tilde si les corresponde según las reglas dadas. La Academia nunca ha establecido una norma en sentido contrario.

Pero aquí no termina la cosa. La evidente confusión que tienen en esta revista con respecto a la tilde no se queda solamente en el empleo de las mayúsculas. Parece que también con las minúsculas tienen ciertos problemillas.


ésta

El redactor en cuestión no se ha enterado todavía de que los demostrativos ya solamente llevan tilde en caso de ambigüedad, como se afirma tanto en el
DPD de 2005 como en el Esencial de 2006. Peor aún, es que le ha puesto tilde al demostrativo cuando funciona de determinante, delante del sustantivo "Semana"; la tilde únicamente está justificada en un demostrativo cuando este hace función de pronombre, nunca al revés.


Así, señores de Hola, creo que han tenido tiempo más que suficiente para revisar un poco las reglas ortográficas y retirar de su camino esa piedra con la que tropiezan en cada uno de los números que publican. Muchas veces, el problema de escribir mal no repercute solamente en el que lo hace, sino que existe el peligro de crear escuela.