lunes, 24 de octubre de 2011

Día de la Biblioteca

Hoy, 24 de octubre, se celebra el Día de la Biblioteca, un evento que surgió en 1997 de la Asociación Española de Amigos del Libro Infantil y Juvenil. Así, en un día tan señalado como este, en el que se pretende dar a conocer la existencia de un «servicio público de proximidad al ciudadano que contribuye de manera eficaz a facilitar el acceso al conocimiento a todos los ciudadanos», según el propio Ministerio de Cultura, quería sacar a colación dos asuntos: uno de ellos concierne a la ortografía de forma directa. El otro no. Empecemos por el final.

Durante cuatro años viví en Granada y no dudo en reconocer que la echo de menos cada día. Llegué a sentir el Zaidín como mi barrio y, por eso, me dolió en el alma saber que su biblioteca de toda la vida, la de la Plaza de las Palomas, ha sufrido un cerrojazo inadmisible por parte del Ayuntamiento de Granada que, de entrada, contraviene la ley vigente que regula el número de bibliotecas en relación con el de ciudadanos. De nada han servido las firmas recogidas, las protestas populares y las adhesiones a la causa de personalidades ilustres de la ciudad: la biblioteca, hoy, está cerrada. 

A los más de 2000 usuarios mensuales de esta biblioteca, situada en un barrio humilde, ¿de qué les sirve que se conmemore la existencia de este servicio si ya no pueden disfrutarlo, salvo que se desplacen a más de un kilómetro? Sirva esto de ejemplo de la hipocresía de las instituciones, para empezar.

En segundo lugar, toca cambiar de ciudad y fijar la atención ahora en Huelva. Su recién estrenado delegado provincial de Cultura ha tenido a bien firmar un artículo en la sección «La tribuna» del diario Huelva Información. No obstante, parece que este señor carece de las aptitudes más básicas para el cargo que ostenta, a juzgar por las perlas que aparecen en dicho artículo.



En primer lugar, Ángel Romero olvida la necesaria preposición de en la frase «Estoy convencido que». Continúa, además, poniendo «Octubre» con mayúscula, contraviniendo así a la nueva Ortografía de la lengua española, que establece que los meses del año han de escribirse en minúscula.
Más abajo, un artículo parece haberse quedado por el camino en «así como compromiso». Pero sigamos, sigamos... ¡Hay mucho más!


Además de pasarse la conjunción copulativa que debe anteceder al último elemento de una enumeración por el forro, nos ha salido neologista el bueno de Ángel, pues tendrá lugar una «seria» de actos. Qué pena que reste el componente lúdico de los mismos de un plumazo.
Para continuar, el autor separa «por que» cuando debería haberlo escrito en una sola palabra, ya que se trata de una conjunción causal (quien desee obtener más información con respecto a este asunto puede consultar esta entrada).

Se atreve incluso a rebautizar a consagrados autores, como es el caso de Voltaire, o a Jorge Luis Borges, al que no solo le ha cambiado el primero de sus nombres sino que, además, ha optado por colocar una tilde sobre el segundo que no debería estar. A lo mejor le sucede como a Sofía Mazagatos con Vargas Llosa, que no ha leído nada de él pero le sigue. Y no se limita a esto, no: además, reescribe una cita del primero, cambiando las palabras a su antojo (un verbo por una preposición, en este caso).
No me detendré mucho más ni haré una corrección exhaustiva de todo el texto, pues más que corregirlo dan ganas de reescribirlo de arriba abajo (contiene redundancias extremas, erratas tipográficas o errores de puntuación, además de todo lo mencionado anteriormente), pero sí quiero concluir con una pregunta abierta para quien escribe: ¿Usted frecuenta las bibliotecas que tanto promociona? Porque, amigo mío, no se nota.

11 comentarios:

Homo libris dijo...

Jejeje, y pensar que te pasé esta mañana el enlace sin saber si reír o llorar por lo de Borges. Veo que le has dado un buen repaso al texto, si bien es cierto que dan ganas de volver a escribirlo desde cero.

Si hacen esto con la cultura no quiero ni pensar en cómo estará por allí la sanidad, y eso por citar otra de las líneas de ahorro de nuestra buena (nótese la ironía) administración pública.

Como diría Pérez-Reverte, así vamos a salir del hoyo. Por los cojones.

Mae Wom dijo...

Madre mía! Parece mentira que puedan aparecer tantas meteduras de pata en un mismo documento por parte de alguien que debería mostrar que está cualificado para el cargo que ostenta.

He oído tantas veces usar la preposición "de" cuando no tocaba que tengo el mismo fallo: suelo suprimirla porque ya me suena mal aunque corresponda.

Esperemos que esta falta de profesionalidad no sea contagiosa en tiempos de crisis porque no me quiero ni imaginar las "meteduras de pata" de cirujanos, jueces, notarios, bomberos...(al menos no en esta cantidad y con semejante despreocupación).

loquemeahorro dijo...

Pero este hombre ¿para qué cree que le han puesto una secretaria?

O un becario, o uno que pase por ahí, que todos escribirán mejor que él.

Ah, yo también me imagino el cielo como el tal José Luis Borges, sea quién sea ese señor.

*entangled* dijo...

Sobre el texto que azotas sin piedad, no añado mucho más: mal redactado, mal transcrito, sin revisar etc.

Pero otra cosa me deja pensativo: ¿Es correcto decir, como dices en tu texto «aptitudes más básicas»? ¿No funciona «básico» como adjetivo elativo en la frase «…este señor carece de las aptitudes más básicas para el cargo que ostenta…»? No sé, pero «más básico» me suena casi tan mal como «más óptimo».

Encuentro esas formas extrañas en textos antiguos: «…donde fizo muy infinito daño e mucho mal…» (1443); «…se muestra un muy antiquísimo edificio…» (1572), pero no en textos contemporáneos.

Me daña la vista leer «más» en expresiones como «el momento más álgido», «la situación más crítica» etc. ¿Es mi vista? ¿Qué opinas?

Saludos.

Maribel dijo...

Hola Azote, gracias por recordarnos la fecha y también por el repaso..., si me tiemblan los dedos pensando en que escribo mal!!
Venía a decirte que me he acordado mucho de tu blog, ya que ayer en escuche en las noticias que a través de twitter quieren crear un grupo que persiga las faltas ortográficas en los medios, la publicidad, en las calles, ¿eres tú, estás en ello? espero que así sea, y que tiemblen!!!
¿Hay terapia para los que no nos acostumbramos a la nueva forma de acentuar?
Un abrazo ;-)
El Guisante Verde Project

Ángeles dijo...

Pero, Azote, no me digas que no es reconfortante saber que cualquier ignorante puede ocupar un puesto de relevancia en nuestro país.
Así, sin complejos, sin conciencia de las propias limitaciones, ¿de qué no seremos capaces? Esperemos y veremos.

Por otro lado, el texto que reproduces del Ministerio de Cultura ¿no es también bastante deficiente?
Y no es que me sorprenda, eh.

Roberta dijo...

que verguenza, lo peor es que estas cosas ni nos sorprenden ya y esto es muy peligroso.
Roberta de cessione del quinto

Alonso dijo...

Que interesante articulo que habeis escrito,la verdad es que has tocado un tema muy real y actual.Optimo post.Daniela deesercito italiano

kelmostarin dijo...

Muy bueno. Me encanta su blog, señor Azote. Aprender es algo que no ocupa sitio.

Berta dijo...

¡Qué barbaridad! ¡Qué vergüenza ajena! ¡Qué dolor para mis sentidos! ¿No tienen ningún reparo de publicar textos así? Me parece una falta de respeto. ¡Gracias por acercarnos tus conocimientos!

Ignacio Gago Durán dijo...

Me encanta este blog.